" Tu ets el teu propi precursor, tu l´estranger que passes ran la porta del meu jardí " - Kahlil Gibran


28/3/09

Inici ( I )

(1a persona)

Era prop del migdia, encara que al mirar el rellotge les agulles sobrepassaven la una de la tarda. No sé perquè hi vaig fer una ullada, suposo que era fruit de l´hàbit, associat a hàbitats més reduïts, on el pas de les hores poden pesar terriblement com una comdemna i alhora, els dies que les omplen es fonen inevitablement sota les creus marcades al calendari, amb obstinada perseverància, d´una manera lineal, objectiva, de lògica relativa. El temps es reflectia dins el petit cercle del rellotge lligat al canell de la meva mà esquerra, i me´l vaig mirar somrient mentre aixecava el rostre per respirar i trobar-me amb la llum del sol.

Discernir com vaig arribar allí em seria impossible de fer-ho : quins camins m´hi portaren ? No ho sé dir. La única sensació clara dins el record era la del caminar, inexorable. Els espais per on havia transitat eren oblit; de fet, desconeixia si aquests espais havien existit mai, tot i que la raó purament científica ( si mai n´he tingut cap ) no em permetia com a resposta un no a lo existència d´aquells. Pensar en tot allò era però, debades : la meva memòria havia estat desconectada com si fos un pacient en coma profund, i el meu passat era un pou sense fons. Altrament, l´esgotament físic no existia, i això era una contradicció que el cos transmitia al meu cervell, que es trovaba buit de força. Potser podria tenir la seva raó de ser en la idea de solitud, solitud que no es pot quantificar de cap manera, sota cap percentatge ni balanç mesurat acuradament. Existeixen mesuradors de solitud ? Preguntes com aquesta em passaven pel cap sense massa sentit, perllongant un capteniment que em privava de fixar-me on anava, per on passava, per on discorria el meu temps, què feia qui on jo... no sabia on. El món voltejava i jo hi havia anat de paquet, com un polissó amagat a la sentina d´un vaixell. I no podría dir res més en aquest sentit, fins arribar al punt que em permet iniciar el relat.

Aquest inici fou la concreció d´un primer record, una relació més abundosa de detalls, com si les retines del meus ulls cansats giressin altre cop cercant més punts on sostenir noms, adjectius, verbs que completessin frases que pogués identificar a la memòria. El desvetllament ( si realment el puc anomenar així) aparegué sense motiu aparent: el lent caminar que portava, entre rocs i pols del camí rost, es va acabar amb un vent que m´acaronà, invisble i voladís com un dia de primavera. Llavors les bótes avançaren entre una herba no massa alta, encara que espessa, i em vaig endinsar en un paratge buit d´arbres, una plana que s´extenia fins a l´horitzó blaucel que tancava la terra, buida d´accidents, si més no fins on podia albirar la vista . El lloc recordava alguna imatge perduda de la Pampa argentina, d´aquelles “llanuras” que descrivia tant bé Borges,; o potser algun paisatge africà de la Dinesen ; qui sap si alguna estepa russa del gran Tolstoi. Els espais oberts sempre em porten a la literatura, on és ben fàcil recolzar- s´hi per identificar indrets on mai he estat. Així és que l´interès del quadre que tenia davant meu em feu prendre consciència de la meva pròpia història, que obria altre cop al moment de mirar l´hora. Una mena de gest oficial, que a pesar que se´m feia estranyament inútil, m´incorporava a la dialèctica comuna de l´espai-temps, és a dir, dins els paràmetres de la meva pròpia existència.
.
(Trad.al castellà):
.
Era cerca del mediodía, aunque al mirar las agujas del reloj, ya pasaba de la una. No sé porque le di el vistazo, supongo que era fruto del hábito, asociado a hábitos más reducidos, donde el paso de las horas puede pesar terriblemente como una condena y, simultáneamente, los dias que las llenan se funden inevitablemente bajo las cruces marcadas en el calendario, con obstinada perseverancia, de forma lineal, objetiva, de lógica relativa. El tiempo estaba reflejado dentro del pequeño círculo del reloj atado en la muñeca de mi mano izquierda, y lo miré sonriendo mientras levantaba el rostro para respirar y encontrarme con la luz del sol.
.
Discernir como llegué alli seria una tarea imposible: ¿Que caminos tomé? No lo sabria decir. La única sensación clara en el recuerdo era la de la propia andadura, inexorable. Los espacios transitados eran olvido; de hecho, desconocia si esos espacios habían existido, aunque la razón puramente científica ( si nunca la he tenido) no me permitía un no como respuesta a la existencia de aquellos. Pensar en ello era inútil: mi memoria fue desconectada como si de un paciente en coma profundo se tratase y mi pasado era un pozo sin fondo. Por otra parte, el agotamiento físico no existía, y este hecho era una contradicción que el cuerpo transmitía a mi cerebro, que se encontraba sin fuerzas. Quizá pudiera tener su razón de ser en la idea de soledad, soledad que no puede cuantificarse de ninguna manera, bajo ningún porcentaje ni balance medido adecuadamente. ¿ Existen artilugios que midan la soledad? Preguntas como esa pasaban por mi cabeza sin demasiado sentido, alargando un comportamiento que conseguía evitar fijarme por donde iba, por donde discurría mi tiempo, que hacia quien no sabía donde yo...no sabía donde.El mundo giraba y yo iba de paquete, como un polizón escondido en la bodega de un barco. Y no podría añadir nada más en este sentido, hasta el punto que me permite iniciar el relato.
.
Este inicio fue la concreción de un primer recuerdo, una relación más abundante de detalles, como si las retinas de mis cansados ojos voltearan otra vez buscando palabras donde sostener nombres, adjetivos, verbos que completaran frases que pudiera identificar en la memoria.El despertar ( si en realidad puede definirse así) apareció sin motivo aparente: el lento caminar que transcurría, entre rocas y polvo del tortuoso camino, finalizó con un viento en el rostro, invisible y voladizo como un dia de primavera. Entonces, las botas avanzaron entre la hierba corta y espesa, y me interné en un paraje vacío de árboles, una planicie que se extendía hacia el horizonte azul que cerraba la tierra, desnuda de accidentes hasta donde alcanzaba la vista.El lugar recordaba alguna imagen perdida de la Pampa argentina, como las que describía tan bien Borges; o quizá algún paisaje africano de la Dinesen; quien sabe si alguna estepa rusa del gran Tolstoy. Los espacios abiertos siempre me transportan a la literatura, lugar fácil donde buscar apoyo para identificar lugares donde nunca he estado.Así es que el interés del cuadro que tenía delante mío me hizo recobrar conciencia de mi propia historia, que abría otra vez en el momento de observar la hora, como si de un gesto oficial se tratase; que a pesar de parecerme un gesto extrañamente inútil, me incorporaba a la dialéctica espacio-tiempo, es decir, dentro de los parámetros de mi propia existencia.

3 comentaris:

Carlos Alberto ha dit...

Estranger:

Hola.

Qué lástima. No puedo entender más que unas pocas frases de tu entrada:

Recordaba alguna imagen de la Pampa argentina, de aquellas llanuras que describía tan bien Borges.

Soy un agradecido lector de los libros de Jorge Luis Borges.

En El fin, por ejemplo, uno de los cuentos que forman parte de Ficciones, escribe Borges:

La llanura, bajo el último sol, era casi abstracta, como vista en un sueño. Un punto se agitó en el horizonte y creció hasta ser un jinete, que venía, o parecía venir, a la casa.

Gracias por seguir mi blog.

Saludos.

Estranger ha dit...

Hola Carlos.Gracias por llegar hasta aqui.decirte que he probado algunos traductores, pero son decididamente malos. Si dispongo de tiempo, te traduciré algunas entradas, como tengo algunas ya hechas. Por cierto, Ficciones es uno de mis libros favoritos.Precisamente en uno de mis posts anteriores recordaba a Funes, el memorioso.
Saludos y felicidades por el blog.

Carlos Alberto ha dit...

Estranger:

Sí, yo también puse el traductor de Google. Pero una amiga de Miami me avisó que la traducción al inglés no era buena. Así que lo quité.

Bueno, tal vez (para ampliar tu público lector) podrías escribir entradas más pequeñas sobre el mismo tema, en español, acompañando a algunas o a todas las entradas.

He leído Ficciones muchas veces.

¡Me encanta Funes el memorioso!

Escribo esta parte de memoria:

Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo.

Ficciones es uno de los libros que más me han gustado. Cien años de soledad, Soy leyenda, Crónicas marcianas, Los dragones del Edén, Cosmos, Calor de hogar, son algunos otros.

Posdata:

En el primer año y medio de vida de mi blog visitaba a muchos de mis amigos y dejaba largos comentarios. Ahora, que publico a diario, ya no puedo hacerlo. Por eso cerré la ventana de comentarios de mi blog. ¡Tendría que contratar a alguien para que se ocupe de visitar amigos, leer entradas y dejar comentarios! No, es imposible. Sólo puedo hacer unas pocas visitas a la semana.

Que sigas bien.

Saludos.